Un inusual terremoto de magnitud 4.8 en la escala de Richter conmocionó a los neoyorquinos a las 10:23 de la mañana. Una situación totalmente inesperada ya que los habitantes se encuentran acostumbrados al clima feroz y las grandes tormentas, pero el movimiento de las placas tectónicas no es algo de lo que se hable seguido por esas regiones del norte. Entonces ¿por qué sucedió aquel extraño fenómeno?
A diferencia de ciudades en Japón, Indonesia, China, Irán o Turquía, Nueva York es una localidad poco habituada a los seísmos. Esto se debe a que la mayoría de los deslizamientos de las placas se produce en zonas más alejadas a esta región, siendo el Pacífico el protagonista donde se encuentra el afamado “anillo de fuego”, cinturón donde se registran alrededor del 81% de los terremotos más grandes del planeta.
Reactivaciones y un pasado histórico: las causas del terremoto en Nueva York
Algunos lo confundieron con el traqueteo del metro, costumbre neoyorquina. Pero no, en realidad la ciudad estaba sufriendo los síntomas de del deslizamiento repentino de una falla geológica. Esto causó el susto de los habitantes quienes poco acostumbran a vivir estas situaciones alarmantes. En Nueva York se han registrado solamente tres terremotos desde el siglo 18. Entonces, ¿qué fue lo que causó este inusual evento?
Las teorías sobre los motivosde este suceso radican en una continuación histórica. Jessica Jobe, del Servicio Geológico de EE.UU (USGS)., explicó que el temblor pudo haber ocurrido en una antigua falla que se haya "reactivado". "Aunque no se conocen fallas activas en la zona, hay decenas de fallas inactivas más antiguas que se formaron hace millones de años", afirmó en una sesión informativa con la prensa.
"Y bajo las tensiones actuales de las placas tectónicas que se mueven, esas fallas pueden reactivarse de forma intermitente", agregó. Según Jobe, los terremotos "pueden ocurrir en cualquier lugar y en cualquier momento" frase que sostiene la entidad para la que trabaja y que fundamenta el inusual evento que interrumpió la cotidianeidad de los neoyorquinos por 30 segundos.